Humanizar la salud, humanizar la Sanidad Publica - Acta Sanitaria {flike}
Fecha de Publicacion : 26/10/2016
Fuente : http://www.actasanitaria.com/humanizar-la-salud-humanizar-la-sanidad-publica/
Autor: Pedro Lorente
La mercantilización de la sanidad comporta, a juicio del autor, su deshumanización, por lo que reclama un cambio en los actuales planteamientos, por más que el sistema público esté ofreciendo datos dignos de atención gracias al esfuerzo de los profesionales.
Desde la puesta en vigor de la Ley General de Sanidad en el 1986, el Sistema Nacional de Salud se ha desarrollado en una continua contradicción. Inmerso en un sistema capitalista de libre mercado, el Sistema Nacional de Salud (SNS) estaba orientado a dar respuesta a las necesidades asistenciales de la población. A su vez, el mercado sanitario también ha ido evolucionando desarrollando nuevas oportunidades de negocio con la salud que, a menudo, entraban en conflicto y debilitaban el sistema sanitario público.
El desarrollo del sector privado y aumento de su hegemonÃa en las cuestiones de salud ha venido acompañado de un desarrollo de polÃticas y leyes neoliberales plasmadas en el Real Decreto 16/2012 entre otras. Es una realidad palpable que existe una preocupante mercantilización de la salud y sanidad pública, y que grandes empresas sanitarias entienden la salud y el sistema sanitario como una oportunidad de negocio. Reducir la enfermedad a una mercancÃa supone un grave sÃntoma de deshumanización social.
Reducir la enfermedad a una mercancÃa supone un grave sÃntoma de deshumanización social.
Nuestro sistema sanitario público y nuestro derecho constitucional a la protección de la salud se debilitan por las privatizaciones, recortes, falta de regulación adecuada de los precios de los medicamentos esenciales y nuevas tecnologÃas, los tratados internacionales de libre comercio y el copago farmacéutico entre otras cuestiones. Aunque el SNS es fuerte, pues se fundamenta en valores sólidos expresados en la constitución y la LGS, no es inmune a la mercantilización de la salud, ni al desarrollo del negocio no sostenible de la industria farmacéutica y otras empresas del sector sanitario, que no renuncian a su tasa de constante de beneficio aunque sea a costa de la enfermedad. Los objetivos de estos conglomerados empresariales atienden a obtener beneficio y no a mejorar la salud de la población.
Imbricación de lo privado en lo público
De todos es conocido la influencia de los laboratorios sobre el personal sanitario, la iniciativa investigadora del sector privado inundando el mercado con moléculas rentables aunque no se adapten a las necesidades sanitarias de la población, presiones a los paÃses por las leyes de patentes, excesivo papel de la industria para fijar el precio del medicamento, etc. Tenemos ejemplos de estas prácticas en numerosos paÃses (como en la India en el caso Novartis), por eso entendemos que nuestro paÃs no es una excepción.
Hemos demostrado durante estos 30 años, desde la puesta en marcha de la Ley General de Sanidad, que, cuando una sociedad se lo propone, es capaz de garantizar y concretar el derecho a la protección de la salud
Existe también, un aumento de la implantación de empresas transnacionales sanitarias en España, animadas por las privatizaciones de hospitales públicos que crecen en nuestro territorio (por ejemplo Centene en el caso de hospitales privatizados de la Comunidad Valenciana, etc). Y, pese a todo esto, nuestro SNS, que siempre ha navegado en aguas revueltas, no ha dejado de desempeñar su función gracias a los profesionales sanitarios, respondiendo a las necesidades de la salud de la población por encima de cualquier interés. Resultado de este esfuerzo es que nuestro sistema sanitario significa garantÃa del derecho a la protección de la salud. Hemos demostrado durante estos 30 años, desde la puesta en marcha de la Ley General de Sanidad, que, cuando una sociedad se lo propone, es capaz de garantizar y concretar el derecho a la protección de la salud y procurar un enorme beneficio en términos de salud para todos los ciudadanos que la componen. Por extensión, hemos demostrado que es posible garantizar cualquier derecho fundamentales como la educación o el trabajo.
Humanización y mercado
Pero el derecho a la protección de la salud transciende del propio sistema sanitario, porque se fundamenta en la dignidad de la persona, expresada en la Declaración de los Derechos del Hombre y en nuestra propia Constitución. Esta condición es la que nos humaniza frente a las amenazas del mercado.
Frente a la mercantilización de la salud y la sanidad, es preciso reclamar el papel humano de la salud y enfermedad para conseguir superar las amenazas mercantilistas. La humanización de la sanidad y salud, en el actual contexto, es una respuesta necesaria frente a la mercantilización. Humanizar la salud significa desprivatizar, responder a las necesidades de la población conforme a sus realidades (no conforme a los intereses del mercado), revocar leyes retrógradas y contrarias al derecho de la salud (como el RD 16/2012 entre otras), oponerse a los acuerdos transnacionales de libre comercio, regular el precio del medicamento y las patentes, mejorar la calidad y seguridad de los pacientes-ciudadanos, etc. En definitiva, es proteger la dignidad humana defendiendo la Salud y la Sanidad Pública.
Fuente : http://www.actasanitaria.com/humanizar-la-salud-humanizar-la-sanidad-publica/
Autor: Pedro Lorente
La mercantilización de la sanidad comporta, a juicio del autor, su deshumanización, por lo que reclama un cambio en los actuales planteamientos, por más que el sistema público esté ofreciendo datos dignos de atención gracias al esfuerzo de los profesionales.
Desde la puesta en vigor de la Ley General de Sanidad en el 1986, el Sistema Nacional de Salud se ha desarrollado en una continua contradicción. Inmerso en un sistema capitalista de libre mercado, el Sistema Nacional de Salud (SNS) estaba orientado a dar respuesta a las necesidades asistenciales de la población. A su vez, el mercado sanitario también ha ido evolucionando desarrollando nuevas oportunidades de negocio con la salud que, a menudo, entraban en conflicto y debilitaban el sistema sanitario público.
El desarrollo del sector privado y aumento de su hegemonÃa en las cuestiones de salud ha venido acompañado de un desarrollo de polÃticas y leyes neoliberales plasmadas en el Real Decreto 16/2012 entre otras. Es una realidad palpable que existe una preocupante mercantilización de la salud y sanidad pública, y que grandes empresas sanitarias entienden la salud y el sistema sanitario como una oportunidad de negocio. Reducir la enfermedad a una mercancÃa supone un grave sÃntoma de deshumanización social.
Reducir la enfermedad a una mercancÃa supone un grave sÃntoma de deshumanización social.
Nuestro sistema sanitario público y nuestro derecho constitucional a la protección de la salud se debilitan por las privatizaciones, recortes, falta de regulación adecuada de los precios de los medicamentos esenciales y nuevas tecnologÃas, los tratados internacionales de libre comercio y el copago farmacéutico entre otras cuestiones. Aunque el SNS es fuerte, pues se fundamenta en valores sólidos expresados en la constitución y la LGS, no es inmune a la mercantilización de la salud, ni al desarrollo del negocio no sostenible de la industria farmacéutica y otras empresas del sector sanitario, que no renuncian a su tasa de constante de beneficio aunque sea a costa de la enfermedad. Los objetivos de estos conglomerados empresariales atienden a obtener beneficio y no a mejorar la salud de la población.
Imbricación de lo privado en lo público
De todos es conocido la influencia de los laboratorios sobre el personal sanitario, la iniciativa investigadora del sector privado inundando el mercado con moléculas rentables aunque no se adapten a las necesidades sanitarias de la población, presiones a los paÃses por las leyes de patentes, excesivo papel de la industria para fijar el precio del medicamento, etc. Tenemos ejemplos de estas prácticas en numerosos paÃses (como en la India en el caso Novartis), por eso entendemos que nuestro paÃs no es una excepción.
Hemos demostrado durante estos 30 años, desde la puesta en marcha de la Ley General de Sanidad, que, cuando una sociedad se lo propone, es capaz de garantizar y concretar el derecho a la protección de la salud
Existe también, un aumento de la implantación de empresas transnacionales sanitarias en España, animadas por las privatizaciones de hospitales públicos que crecen en nuestro territorio (por ejemplo Centene en el caso de hospitales privatizados de la Comunidad Valenciana, etc). Y, pese a todo esto, nuestro SNS, que siempre ha navegado en aguas revueltas, no ha dejado de desempeñar su función gracias a los profesionales sanitarios, respondiendo a las necesidades de la salud de la población por encima de cualquier interés. Resultado de este esfuerzo es que nuestro sistema sanitario significa garantÃa del derecho a la protección de la salud. Hemos demostrado durante estos 30 años, desde la puesta en marcha de la Ley General de Sanidad, que, cuando una sociedad se lo propone, es capaz de garantizar y concretar el derecho a la protección de la salud y procurar un enorme beneficio en términos de salud para todos los ciudadanos que la componen. Por extensión, hemos demostrado que es posible garantizar cualquier derecho fundamentales como la educación o el trabajo.
Humanización y mercado
Pero el derecho a la protección de la salud transciende del propio sistema sanitario, porque se fundamenta en la dignidad de la persona, expresada en la Declaración de los Derechos del Hombre y en nuestra propia Constitución. Esta condición es la que nos humaniza frente a las amenazas del mercado.
Frente a la mercantilización de la salud y la sanidad, es preciso reclamar el papel humano de la salud y enfermedad para conseguir superar las amenazas mercantilistas. La humanización de la sanidad y salud, en el actual contexto, es una respuesta necesaria frente a la mercantilización. Humanizar la salud significa desprivatizar, responder a las necesidades de la población conforme a sus realidades (no conforme a los intereses del mercado), revocar leyes retrógradas y contrarias al derecho de la salud (como el RD 16/2012 entre otras), oponerse a los acuerdos transnacionales de libre comercio, regular el precio del medicamento y las patentes, mejorar la calidad y seguridad de los pacientes-ciudadanos, etc. En definitiva, es proteger la dignidad humana defendiendo la Salud y la Sanidad Pública.