A propósito de Julen
Fuente :https://www.nuevatribuna.es/opinion/marciano-sanchez-bayle/a-proposito-de-julen/20190128155924159609.html
Autor: Marciano Sánchez Bayle
Estos últimos días los medios de comunicación y mucha gente en este país han estado sumamente preocupados por la caída y posible rescate de un pequeño niño. Aunque le he dado vueltas a este artículo no me he decidido a escribirlo hasta ahora que ya conocemos el desenlace, sobre todo para evitar entrar en la orgía de morbo con que se ha manejado todo el tema.
Vayamos primero a los hechos. La caída de una persona desde 71 metros de altura provoca la muerte en más del 95% de los casos, y el resto se quedan con secuelas gravísimas, si quien se cae es un niño de 2 años, lo mas probable es que lo haga de cabeza (la cabeza tiene un mayor peso relativo en los niños pequeños), si lo hace en un túnel de 25 centímetros de diámetro es casi seguro que choque repetidas veces con las paredes, provocándose múltiples traumatismos, y que la estrechez del canal le impida poner las manos por delante para amortiguar el golpe. Es decir, desde el principio se conocía que las circunstancias del hecho casi aseguraban (con una probabilidad superior al 99%) la muerte de la criatura. Si a ello le unimos que pasaban los días, sin agua ni alimentación e incluso, probablemente, sin oxígeno, carecía de sentido un seguimiento informativo empeñado en mantener la esperanza de encontrar con vida al accidentado (obviamente se hacía para incrementar la audiencia porque una persona viva genera más empatía e interés que alguien ya fallecido).
A mantener esta ficción, por supuesto, han colaborado algunos “expertos”, deseosos de tener su minuto televisivo, que planteaban todo tipo de fantasiosas “posibilidades” de que todo fuera bien, cuando la realidad conocida indicaba todo lo contrario. Lógicamente, las cadenas, les daban pábulo porque había que mantener el espectáculo y cuanto más morbo mejor para los índices de audiencia.
Desgraciadamente ya sabemos lo que pasó, pero convendría hacer hincapié en algunos aspectos positivos que podrían servirnos para el futuro.
El primero, por supuesto, es tener en cuenta la necesidad de extremar el control en los niños pequeños. Desde que comienzan a andar hasta los 5-7 años (depende de la maduración de cada cual) los niños intentan relacionarse con el mundo con una gran curiosidad y sin conciencia de sus limitaciones, ni de los peligros que corren, por eso es fundamental una cuidadosa vigilancia que les evite los numerosísimos problemas para su salud que les puede producir el entorno en el que se mueven. Como pediatra he visto, durante 45 años, ingesta de diferentes productos corrosivos, medicamentos, alcohol, de infinidad de objetos punzantes, incluso hachís y cocaína y accidentes innumerables (de tráfico, en casa, en la calle, en el campo…), mordeduras de todo tipo, etc., a veces con gravísimas consecuencias para su vida y su salud.
El segundo es la capacidad de los sistemas públicos y de las administraciones para afrontar estas situaciones, capacidad que se basa en una potente administración y servicios públicos de seguridad y asistencia que se sufragan con nuestros impuestos y que pueden peligrar debido a políticas irresponsables que intentan disminuirlos: sin impuestos suficientes no tendremos servicios públicos de calidad.
El tercero es la importante ola de solidaridad que generan estas situaciones y que son muy positivas, expresión de una población muy comprometida con los demás. No obstante, cabría preguntarse si el niño se hubiera llamado Mohamed, fuera de tez más oscura y hubiera nacido en Marruecos, Senegal o Libia, esta solidaridad hubiera sido la misma. Deberíamos ser conscientes de que nada podemos hacer ya por Julen, pero sí por muchos niños, centenares, que mueren todos los días, de hambre, enfermedades perfectamente previsibles, o ahogados en el Mediterráneo. Podemos evitarlo. Hagámoslo ya. Quien salva a un niño se salva a sí mismo y a toda la Humanidad.
El sistema sanitario público andaluz en peligro
Fuente : https://www.nuevatribuna.es/articulo/sanidad/sistema-sanitario-publico-andaluz-peligro/20190114095826159192.html
Autor: José Antonio Brieva Romero; Manuel Torres Tortosa; Antonio Vergara de Campos; Médicos; ADSP Andalucía; Marea Blanca gaditana.
Las recientes elecciones andaluzas han conducido a un cambio en el gobierno autonómico que pasa ahora a estar constituido por partidos políticos de derecha y extrema-derecha (PP-Cs-Vox).
El desarrollo de la Sanidad Pública en Andalucía, y en España, es el resultado del esfuerzo inversor mantenido durante décadas por toda la población española para generar una de las piezas fundamentales del sentimiento de igualdad y del bienestar que nos mantiene unidos a todos. No obstante, a partir de 2010, la política central (PSOE-PP) y autonómica (PSOE-Cs) ha conducido, mediante graves y continuados recortes presupuestarios, aún presentes, al consecuente deterioro de la Sanidad Pública que hoy padecemos. Esto ocurre desde que se decide políticamente que es prioritario pagar una deuda contraída sin responsabilidad por parte de la ciudadanía, antes que mantener el sector público que es un factor esencial para mantener una calidad de vida digna para la mayoría. Las consecuencias, entre otras muchas, ha sido que en Andalucía, y en España, han crecido de forma alarmante las desigualdades sociales; es decir, los poderosos son más y más ricos, mientras la mayoría de la población es cada vez más pobre. A pesar de que en este tiempo la economía ha crecido, el deterioro de los servicios públicos no ha sido restituido y solucionado.
No queremos generar alarma social, pero sí alertar a la población y proponer un movimiento activo para evitar la pérdida de derechos elementales, como es el de recibir una asistencia sanitaria universal, gratuita en el momento de recibirla, con financiación y provisión de servicios públicos, con las instalaciones sanitarias públicas abiertas a pleno rendimiento, vía impuestos y con espíritu solidario (por eso en el sostenimiento del sistema, los que más tienen son los que más deben aportar).
Decimos esto porque lo que se va conociendo de los programas avanzados por el tripartito que ha tomado el poder en Andalucía (acuerdo PP-Cs, profundamente condicionado por el de PP-Vox) permiten ya temer un empeoramiento del actual deterioro del Sistema Sanitario Público Andaluz (SSPA).
En primer lugar, se proponen rebajar varios impuestos a los que más tienen, lo que redundará sin duda en menor inversión pública. En segundo lugar se propone la extensión del incentivo de exclusividad a aquellos médicos del SSPA que además trabajan en el sector privado, atacando así el principio de incompatibilidad pública-privada; es algo así como si la Coca Cola fomentara que sus empleados trabajaran también en Pepsi Cola. En tercer lugar, y conociendo lo realizado por los partidos actualmente en el poder en otros lugares (modelo Alcira Madrid, Valencia, Galicia), sus propuestas en cuanto a las “unidades de gestión sanitaria con mayor autonomía” o “el abordaje urgente de las listas de espera”, que en esos lugares ha llevado a derivar importantes recursos públicos, de forma poco transparente y con claros sobrecostes a empresas multinacionales sanitarias, disparan todas las alarmas de que no se trate de otra forma de desviación de fondos públicos al sector privado.
Por último, la proclamada “libertad de prescripción” y “supresión de la subasta de fármacos” va a representar un claro aumento del empleo de fondos públicos andaluces en pagar a las grandes corporaciones farmacéuticas. Habrá que estar atentos a la existencia de relaciones entre el nuevo Gobierno y la industria farmacéutica.
Nos esperan tiempos de movilización
En resumen, basados en el análisis de estas propuestas iniciales, tememos que el nuevo gobierno andaluz sea cómplice en la estrategia de primero deteriorar la sanidad pública para después justificar las privatizaciones posteriores y, así, derivar beneficios al sector privado, un esquema ya ensayado y, parcialmente desarrollado en otros lugares de España con pésimas consecuencias.
La estrategia está clara, primero se deteriora la sanidad pública para justificar su posterior privatización. No hay ningún elemento para deducir que el nuevo gobierno andaluz vaya a desarrollar otras políticas sanitarias. Por eso estamos convencidos que nos esperan tiempos de movilización.
La Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública (ADSP), desde los años 80, y las Mareas Blancas andaluzas, dese hace varios años, vienen reclamando que se reconozca el deterioro de la atención sanitaria que se ha producido después de diez años de recortes permanentes. Conocemos y valoramos mucho nuestra sanidad pública y es por ello por lo que reivindicamos su recuperación inmediata. El gobierno andaluz socialista en el poder hasta ahora, en lugar de reconocer el deterioro existente, nos ha criticado y ninguneado. Esperamos que exista una autocrítica que sepa reconocer el error estratégico cometido y que nos unamos en la misma lucha todas las organizaciones que defendemos lo público para asegurar el bienestar social de la población. La ciudadanía y los profesionales sanitarios comprometidos deberían acompañarnos en nuestras justas reivindicaciones. Nos jugamos mucho; nos jugamos la Salud de todos.
El precio de los medicamentos
Fuente : https://lacronicadesalamanca.com/228135-el-precio-de-los-medicamentos/
Autor: Esperanza González Martín. Asoc. para la Defensa de la Sanidad Pública
Recientemente la prensa recogía una noticia de que un laboratorio (Aspen) multiplicó sus ingresos retirando cinco anticancerígenos del mercado español para así obligar a comprarlos en otros países donde los fármacos eran mucho más caros. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) inició un expediente por estas prácticas, pero será la Comisión Europea la que asuma el procedimiento para investigar todo el Espacio Económico Europeo. De hecho, el único país que quedará al margen de la investigación es Italia, porque su Autoridad de Competencia ya multó con 5 millones de euros a este laboratorio por estas prácticas, incluyendo incrementos de precios de hasta el 1.500%. El laboratorio presionaba a la Agenzia Italiana del Farmaco con la retirada de los productos como estrategia negociadora para lograr el incremento de los precios regulados.
Si se demuestran los abusos mediante precios excesivos, la empresa se enfrenta a sanciones que pueden llegar al 10% de su cifra de negocios global. Lo relevante no son solo las sanciones (que revierten en el erario público) sino sobre todo el efecto disuasorio sobre esta y otras empresas, que es más probable que se abstengan de acometer este tipo de prácticas. Las empresas farmacéuticas tienen derecho a una remuneración justa de sus productos, que compense los costes de su investigación, pero no a un aumento excesivo de precios sin justificación alguna.
Finalmente, esto pone de manifiesto la utilidad de la pertenencia a la Unión Europea, incluso en un ámbito como la sanidad donde las competencias no son ni siquiera nacionales sino autonómicas. La táctica de la empresa ha sido presionar a los distintos países (como Italia o España) con la retirada de sus productos en sus respectivos mercados para obligarles a comprarlos en otros mercados donde sus precios eran elevados. En Italia logró con esa amenaza un aumento de los precios regulados. La ventaja de disfrutar de un Mercado Único es que esa táctica puede acabar siendo infructuosa. De ello se beneficiarán los países donde los fármacos se retiraban (si se considera esta una práctica abusiva y por tanto ilegal) y los países donde los fármacos se comercializaban muy caros (pues los precios excesivos también pueden ser ilegales).
Todo ello nos hace quedarnos más tranquilos, en el sentido que frente a estas prácticas abusivas existen mecanismos legales que nos defienden y que pueden frenarlas.
La mejor medicina
Fuente : https://www.saludadiario.es/opinion/la-mejor-medicina
Autor: www.adspsalamanca.org
Esto no es nuevo para los estudiantes de Medicina, ya que desde el primer día en la universidad (probablemente incluso desde el instituto) la gente que nos rodea nos mete en la cabeza que es una carrera muy competitiva, donde hay que intentar "ser el mejor" por encima de los demás.
Por eso circulan historias en las universidades, con mayor o menor grado de veracidad, pero sin duda exageradas, sobre estudiantes que no comparten sus apuntes, o que incluso tienen versiones erróneas para confundir a los demás. Apuntes tomados en verde para que no salgan en las fotocopias (¡hablamos de cuando las notas se tomaban a mano!), estudiantes que poseen modelos de examen que no quieren compartir…
Pero creo que la mayoría estará conmigo en que la realidad es muy diferente: la tónica dominante es compartir. Tanto a la hora de obtener apuntes como de compartir cualquier información relativa a las prácticas o exámenes.
Y a pesar de ello, cuando se acerca la época del MIR, la presión social sigue: te intentan convencer de que la residencia es una carrera en la que corres solo y compites contra los demás. Pero no hay nada más lejos de la realidad. La residencia es una experiencia única, un camino que recorres con tus compañeros, con quienes compartes muchos momentos, sensaciones, conocimientos, inseguridades… y en la que existe un alto grado de colaboración y comprensión mutua. Incluso en los mejores hospitales, de los que se piensa que son los más competitivos, los residentes mayores ayudan y enseñan a los que llegaron más tarde.
Y es que, lejos de lo que cree una gran parte de la opinión pública, la Medicina actual es un trabajo de equipo. Todos los profesionales aprendemos unos de otros, de interactuar con colegas de nuestra especialidad y de otras, o con otros profesionales sanitarios, como enfermeros, técnicos, auxiliares… O incluso de otras disciplinas, como físicos, químicos… No me cabe ninguna duda de que la mejor Medicina es la que se hace en equipo.
Y por eso, a los futuros residentes les diría que tengan esto siempre presente, porque así serán mejores médicos y, además, disfrutarán más de su profesión.
Inaceptable situación de la atención primaria en Galicia
Fuente : https://www.nuevatribuna.es/articulo/galicia/lamentable-situacion-atencion-primaria-galicia/20190102174633158861.html?fbclid=IwAR3A25G8CWMWa5lDPmitAM-o1zrUGBwsve9WFylvEnuRQywqjjDkojXSeMg
Autor: Manuel Martín García
Como discípulo aplicado de la política neoliberal, Alberto Núñez Feijoo, desde que recuperó el poder en la Xunta de Galicia, puso en marcha una estrategia sanitaria basada en reducir la parte publica y potenciar la privada; abandonar la promoción y prevención de la salud para centrar el sistema en la reparación de la enfermedad para hacer negocio (como saben las multinacionales americanas que gestionan hospitales); y trasformar el sistema sanitario en una gran oportunidad de negocio para las empresas como aparece recogido sin pudor ni tapujos en la reforma de la Lei Galega de Saude aprobada recientemente.
En este escenario, la Atención Primaria (AP) y la Salud Pública tienen poco que hacer absorbidas por unos hospitales en los que las multinacionales y fondos de inversión están desembarcando, bien a través de la Colaboración Público Privada como es el caso de Vigo construido y gestionado por Concessia o por la compra de centros privados concertados como el Hospital Domínguez de Pontevedra o el Quirón de A Coruña adquiridos por la multinacional Fresenius.
Para facilitar esta política, Núñez Feijoo ha puesto en práctica tres medidas fundamentales:
1.- Paralizar el Plan de Mellora de Atención Primaria consensuado entre la anterior administración y todas las organizaciones de AP que contemplaba aumento de personal, inversiones en nuevos centros y equipamiento, y mejorar su capacidad resolutiva acabando con las restricciones en el acceso a pruebas diagnósticas y la reducción de la carga de trabajo burocrático delegado desde los hospitales.
2.- Acabar con la autonomía de gestión de la Atención Primaria, creando las Estructuras de Gestión Integrada (EOXIs) que suprimieron sus gerencias que fueron absorbidas por las Hospitalarias, lo que supuesto la pérdida de autonomía, de poder de decisión y el recorte de recursos humanos y presupuestarios de este nivel (el gasto en AP supone el 12,4% del total sanitario, cuando en el Plan de Mellora se estimaba en el 25%).
3.- Hacer desaparecer la Salud Pública a pesar de que algunos indicadores de salud, como la obesidad, el cáncer de pulmón, el tabaquismo o e sedentarismo, estamos a la cabeza del Estado y de Europa.
Como consecuencia son de sobra conocidas por los trabajadores de los centros de salud que tienen que atender medias de 40 a 50 pacientes diarios lo que impiden una atención de calidad y limita cualquier posibilidad de realizar actividades de promoción, prevención, investigación o trabajo comunitario. Por su parte la población debe esperar días para ser atendidos, soportan una masificación inaceptable o riegos para su salud como se demostró en el PAC de A Estrada por falta de personal para atender emergencias. En algunas áreas sanitarias como las de Vigo se han puesto medidas dirigidas a limitar el traslado de pacientes o las consultas con los servicios hospitalarios.
La dispersión del sector y la falta de respaldo las organizaciones que representan los intereses de la Primaria (unido a cierta incapacidad y errores en las mismas) determinó una escasa respuesta a esta situación cada vez mas inaceptable.
Pese a todo la realidad se ha impuesto en los Centros de Salud, de la frustración se pasó a la indignación y de esta a la rebelión: creación del movimiento PAC en pie de guerra y convocatorias de paros y encierros en los Centros de Urgencias de Primaria; convocatorias de huelgas con escaso seguimiento; y finalmente la dimisión del 80% de los jefes de Servicio de los Centros de Salud, chispa que ha incendiado un escenario propicio a la extensión del fuego. En todas las áreas se están celebrando reuniones del personal facultativo y convocando acciones reivindicativas, movimiento que se extiende sin control por todo el sistema.
CRECE LA INDIGNACIÓN SOCIAL
Pero la medida que ha provocado más cólera y enfado profesional y social con esta situación se mostró el 27 de diciembre en Vigo donde más de 50.000 personas (37.000 según la policía municipal que siempre es muy prudente en estas estimaciones) mostraron su rechazo a la marginación de la Atención Primaria y a la privatización del sistema.
Aunque organizaciones sociales como la Plataforma SOS Sanidade Pública y profesionales como la Asociación Galega para a Defensa da Sanidade Pública o la Asociación Galega de Medicina Familiar y Comunitaria, han desarrollado desde hace tiempo una serie de medidas de denuncia y de movilización social (la última el pasado mes de febrero en Santiago de Compostela), nunca ha habido una situación como la actual de rechazo y hartazgo con las políticas de la Xunta de Galicia, la Conselleria de Sanidade y las Gerencias de los EOXIs, que es necesario aprovechar para cambiar de política sanitaria.
No hay que llamarse a engaño, o cambiamos de gobierno o es casi imposible modificar la situación, pero mientras tanto es necesario obligar a Núñez Feijoo a abrir un proceso de diálogo con toda la AP, sin exclusiones, para acordar medidas urgentes para mejorar la situación en los centros de salud.
Desde la Asociación Galega para a Defensa da Sanidade Pública proponemos como algo imprescindible incrementar el presupuesto de AP, aumentar y recuperar el personal recortado en centros de salud, pediatría y PAC, acabar con la precariedad e inestabilidad laboral que obliga a los profesionales a emigrar fuera de Galicia, planificar nuevas plazas de formación MIR en Medicina Familiar y Comunitaria, sobre todo renegociar un Nuevo Plan de Mellora de AP que ponga las bases para poner el nivel en el centro del sistema.
Mientras tanto y para alcanzar este objetivo consideramos necesario mantener y extender la movilización en una gran alianza social y profesional contra la marginación de la Primaria, la privatización y el desmantelamiento del sistema sanitario público gallego.