Los colapsos de las urgencias hospitalarias fruto de la ineptitud de la Consejería
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Desde la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Canarias consideramos que por más que se empeñen nuestras "autoridades sanitarias" en actuar como bomberos que corren a apagar fuegos, en el auténtico colapso que sufren las urgencias hospitalarias en nuestro archipiélago, su responsabilidad es más que patente.
En primer lugar, la Consejería de Sanidad, tras los recortes de los últimos años, no ha resuelto la escasez de recursos materiales y humanos que se da en el ámbito de la Atención Primaria, impidiéndole jugar el decisivo papel para el que fue concebida, "actuar como gestora y coordinadora de casos y reguladora de flujos, así como de promoción de la salud, educación sanitaria, prevención de la enfermedad y asistencia sanitaria". No existen programas de cuidados en domicilio para pacientes crónicos y dependientes cuando la contratación de cuidadores y terapeutas profesionales, junto a una adecuada coordinación con Atención Especializada y con una Atención Sociosanitaria bien dotada de camas públicas, minimizaría la sobrecarga de urgencias en los hospitales. Su precariedad favorece que los enfermos acudan a las urgencias hospitalarias lo que además expresa el fracaso de la campaña del Servicio Canario de la Salud culpabilizándolos por "hacer mal uso de los servicios". También refleja la desastrosa implantación del Plan de Urgencias Sanitarias de Canarias (PLUSCAN).
Así mismo, se mantiene el efecto negativo, sobre la salud de la población, de las desigualdades sociales, del desempleo, de la pobreza, de la marginación social que no se abordan coherentemente por las políticas públicas. Tal cosa y el deficiente funcionamiento del Servicio Canario de la Salud lleva a que los indicadores del mismo, de listas de espera quirúrgica y de primera consulta de especialistas, sean los peores del conjunto del Estado Español.
En Canarias los indicadores de esperanza de vida, de esperanza de vida con buena salud y el porcentaje de población con limitación de actividad son mucho peores que la media estatal (en Canarias vivimos una media de 58,3 años de vida con salud, frente a la media estatal de 72,3 años). La gripe se extiende más y se complica más en una población de enfermos precoces y crónicos resultado de la falta de políticas serias de prevención (en Canarias el presupuesto de 2018 en Salud Pública, descontando vacunas, fue del 0,5% del presupuesto del SCS). Además, el cierre de camas públicas y la creciente privatización, vía conciertos con la sanidad privada, favorece que en momentos de picos de la demanda, cosa que ocurre con la agudización de procesos catarrales y gripales propios de la estación del año en que nos encontramos, se produzcan cuellos de botella en las urgencias de los hospitales públicos.
Aunque las “autoridades sanitarias” parezcan desconocerlo, la gripe es una enfermedad epidémica que se produce todos los años y además aproximadamente en las mismas fechas, por lo que caben pocas sorpresas. Por otro lado aunque la virulencia de la epidemia depende del tipo concreto de virus y el pico de la enfermedad está muy relacionado con la climatología, una adecuada vigilancia epidemiológica puede detectar el aumento de casos y predecir el momento más álgido de la epidemia. Es decir es un fenómeno previsible que se produce todos los años en invierno y que puede detectarse a tiempo. Por supuesto nada impide, y es más, la lógica lo aconseja, el realizar planes de respuesta que se puedan activar cuando se comprueba que empieza la epidemia, incrementando los recursos en atención primaria y hospitalaria, abriendo salas que se cerraron por los recortes, etc. No es difícil para cualquier persona con unos conocimientos básicos de planificación sanitaria.
Ningún parecido con el funcionamiento de nuestros “irresponsables” sanitarios que una vez más ponen al descubierto que están más preocupados por deteriorar y privatizar la Sanidad Pública que por atender con eficacia a los problemas de salud de la ciudadanía que tiene que seguir manifestando sus quejas, convirtiendo éstas en protesta organizada y finalmente consiguiendo que la misma derive en una política alternativa que defienda la Salud y la Sanidad Pública de Canarias. Sobre todo esto, y mucho más, se tratará en la presentación del libro de la ADSPC, editado por el Centro de la Cultura Popular Canaria, los días 23 y 24 de enero a las 19 horas, primero en el Círculo de la Amistad de Santa Cruz y luego en el Club de La Provincia en Las Palmas, contando con la intervención de Marciano Sánchez Bayle portavoz estatal de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública.
Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Canarias
En Canarias a 21 de enero de 2019