SANIDAD PÚBLICA ¿Por que la Sanidad Pública madrileña es deficiente? {flike}
La Sanidad Pública madrileña esta lejos de esa situación idílica que quiere trasladar la Sr Ayuso. De hecho, en la clasificación que realiza la FADSP sobre los servicios sanitarios ocupa el doceavo lugar (obviamente sobre 17) por lo que se la clasifica entre los servicios sanitarios deficientes, habiendo descendido dos puestos desde 2015.
¿Por qué sucede esto? Digamos que hay tres motivos principales: unos presupuestos insuficientes, un gran deterioro de la Atención Primaria y una acentuada y creciente privatización.
La Sanidad madrileña ha tenido desde las transferencias unos presupuestos (en € por habitante y año) inferiores a la media de las CCAA, lo que sucede incluso si nos fijamos en los liquidados (lo realmente gastado). En 2019 son 104 € menos que el promedio de las CCAA (1.236 versus 1.340) de manera que si se hubiese alcanzado el promedio se habrían destinado a la sanidad 676 millones € más. Además, se presupuesta por debajo del gasto realmente producido en el ultimo presupuesto liquidado (2017) ello produce dos fenómenos paralelos: recortes en el sistema público y a la vez desviaciones inevitables del gasto que luego hay que financiar con un coste más elevado (recientemente se ha hecho público que un solo hospital madrileño pagó 9 millones € por intereses de su deuda). Esta situación mantenida crónicamente supone un deterioro continuado y progresivo de las infraestructuras del sistema sanitario. Paralelamente, el gobierno madrileño del PP (ahora del tripartito) promete disminuir los impuestos abocando a una mayor restricción del gasto público (solo con lo que no se recauda del impuesto de patrimonio en el ultimo dato conocido, 955 millones, se podría garantizar un presupuesto sanitario en la media del país).
El impacto de la infrapresupuestación se dirige fundamentalmente al personal sanitario (4.151 trabajadores menos en 2018 respecto a 2010), al cierre de camas (793 menos entre 2014 y 2017), al deterioro de las infraestructuras y en suma a unas prolongadas listas de espera (más de 600.000 madrileños “desesperaban” en la Sanidad Pública según los últimos datos oficiales, pero probablemente serán mas, porque están convenientemente maquillados, por ejemplo, recientemente nos han hecho llegar una citación para una consulta del especialista nada menos que en diciembre de 2020).
La Atención Primaria se ha deteriorado de una manera importante porque han disminuido sus recursos en relación con la población, de manera que las ratios de habitante por profesional de enfermería, pediatría, de medicina, y administrativo están por encima del promedio y en el caso de los dos primeros son las mas altas del país. Consecuentemente las listas de espera en AP se han generalizado (solo un 12% de la población recibe cita en 24 horas frente al 21,81 de promedio) y las urgencias ocupan el 2º lugar en frecuentación por 1.000 habitantes, mientras que las consultas/año por persona a los médicos de cabecera del sector privado han aumentado un 45,23% entre 2010 y 2018. Porque al final si una persona pide cita en AP y la recibe para mas de una semana tiene 3 opciones, o se aguanta y espera a ver si hay suerte y se cura solo, o se va a urgencias, o a la privada, y claro esta acudir a urgencias satura un servicio ya saturado, y la ultima opción aumenta la desigualdad porque solo pueden acceder a ella las personas con mas recursos económicos.
Y por fin la privatización. El esfuerzo privatizador de la Comunidad de Madrid ha sido continuo y ha incrementado notablemente el papel del sector privado en la asistencia sanitaria, bien mediante conciertos, externalizaciones, derivaciones al sector privado, que se suman a los centros privados y semiprivados de la Sra Aguirre. El resultado es que Madrid es la 2ª de las CCAA que más proporción de su presupuesto destina al sector privado, que los centros privados se han privilegiado presupuestariamente (por ej la FJD, de Fresenius ha tenido un aumento presupuestario con fondos públicos del 76,25% entre 2011 y 2018, mientras los hospitales públicos sufrían recorte tras recorte) y a los que en 2018 se derivaron 140.000 enfermos desde los centros públicos.
Por todo ello no es de extrañar que la valoración de la ciudadanía se encuentre por debajo de la media y que el porcentaje de quienes prefieren la Sanidad Pública haya disminuido y se encuentre por debajo de la media, y tampoco que los seguros privados hagan su agosto (el 38,8% de los madrileños dicen tener un seguro privado frente al 19,6% del promedio de las CCAA) y que el gasto de bolsillo de los madrileños sea 50 €/persona y año mayor que la media. Al final el deterioro de la Sanidad Pública acaba favoreciendo los negocios privados.
Todo ello, más algunas cosas más, como la increíble ausencia de camas de media y larga estancia (Madrid tiene la mitad por habitante que el promedio del país, que además tiene 5 veces menos que la media de la OCDE), la salud mental olvidada, etc., es lo que hace que la Sanidad Pública madrileña esté tan deteriorara, a pesar de que la Sra. Ayuso no se entere, y es el resultado de 24 años de políticas privatizadoras del PP en la región, y de algunos años, por suerte menos, en el conjunto del país.
Por supuesto las cosas podían haber ido mucho peor y esa era la hoja de ruta del PP madrileño, con Aguirre y Lasquetty a la cabeza, y es de temer que en esta legislatura intentaran volver a destruir la Sanidad Pública, esperemos que la reacción de sanitarios y ciudadanía no se lo permita.