¿Qué enmascara el proyecto Madrid 360? {flike}
El equipo de Martínez-Almeida trabaja activamente para que el calentamiento global continúe y para evitar que las actuaciones para detenerlo tengan la intensidad y contundencia necesarias.
En un momento de emergencia climática en el que las autoridades y organismos internacionales como la ONU y el IPCC reclaman intensificar la disminución de emisiones y la urgencia de actuar para salvar el Planeta, sigue habiendo instituciones y políticos que trabajan activamente para que el calentamiento global continúe y para evitar que las actuaciones para detenerlo tengan la intensidad y contundencia necesarias.
Estos grupos pro-calentamiento global operan de dos maneras. Unos, los negacionistas (Trump, Bolsonaro, etc.) niegan la realidad, y contra toda evidencia científica rechazan la relación entre el cambio climático y las emisiones de efecto invernadero y las actividades humanas (tráfico, hiperconsumo, falta de reciclaje, etc.); los otros son más sutiles y sin negar la evidencia hacen del obstruccionismo su forma de trabajo, minusvalorando el peligro, prolongando los plazos de actuación, etc., etc.
En este segundo grupo entra de lleno el proyecto Madrid 360 presentado por el Ayuntamiento de Madrid, que recoge 360 medidas para “luchar por la calidad del aire” en la ciudad, pero tras tan honroso supuesto propósito, se encubre una serie de medidas, con pocos plazos concretos y que maquillan la finalidad del mismo, desmontar Madrid Central y los planes aprobados por el equipo de gobierno anterior.
Como son muchas medidas, algunas recogen cosas que ya se habían planteado anteriormente, pero lo esencial es que se sigue apostando por favorecer el acceso de los vehículos privados al centro de Madrid, permitiendo que vuelva a ser el paso de automóviles y que entren los más contaminantes, dando mas facilidades a comerciantes y sus invitados y a las motos, fomentando plazas de aparcamiento y además proponiendo (cómo no, el 3% tiene siempre un gran atractivo) otra macro obra de soterramiento cuyo coste no se evalúa pero volverá a aumentar el endeudamiento de una ciudad que en la época de Carmena había logrado disminuir significativamente su deuda.
Otro ejemplo es el de las calefacciones, se propone eliminar las de carbón (ya estaba previsto) y “disminuir al 50% las de gasoil en 2027, cuando lo lógico sería eliminarlas también, aunque es cierto que si el calentamiento sigue tendrán menos impacto porque subirán las temperaturas y su uso será menos necesario.
El transporte publico es otro gran olvidado, porque aunque se proponen 2 nuevas líneas de autobús, la realidad es que el problema de Madrid no es falta de líneas, sino de frecuencia de los autobuses y los convoyes del metro, porque si la espera es con frecuencia superior a los 10 minutos, la alternativa del transporte individual acaba imponiéndose.
Ya se ha dicho que el nuevo proyecto no disminuirá las emisiones, lo que es necesario, y por lo tanto incumplirá los compromisos de la UE, pero además se mantendrán los problemas de salud de la población. Recuérdese, más de 14 muertes diarias de promedio atribuibles a la contaminación, mas de 3.000 ingresos y 300.000 consultas que podrían evitarse, y los problemas a largo plazo para una población que desde el vientre materno sufre las agresiones de un medioambiente nocivo. Y todo para mantener los ingresos de algunas empresas y las fobias de algunos políticos.
La población madrileña ya demostró en dos ocasiones este año su compromiso con la salud medioambiental, habrá que ver si continúa movilizándose en defensa de su salud y del derecho a respirar un aire limpio. Habrá que continuar luchando por ello.