El gasto farmacéutico es un grave problema de la Sanidad Pública {flike}
El gasto farmacéutico en España continua una tendencia incremental que pone en serio riesgo el sistema sanitario público y que debe de afrontarse con serias políticas activas
En 2015 el gasto de recetas creció un 1,86%, pero según los últimos datos del Ministerio de Hacienda el gasto farmacéutico hospitalario tuvo un incremento del 26% lo que supone una situación inasumible para unos presupuestos que han tenido solo un ligero incremento en 2015 y 2016, de manera que el aumento total del gasto farmacéutico supera con mucho el aumento presupuestario de la Sanidad Pública.
Esta situación se ve agravada por el acuerdo del Ministerio de Sanidad en funciones con Farmaindustria garantizándoles un aumento del mismo porcentaje del incremento del PIB cuando los presupuestos sanitarios crecen en torno a 2-3 puntos porcentuales menos.
Desde la FADSP entendemos que hay que cambiar urgentemente la política farmacéutica para afrontar esta situación y adoptar las siguientes medidas:
- Modificar los criterios de la financiación pública y la fijación de precios, para que estos incluyan criterios que tenga en cuenta los costes reales de la investigación y producción. Existen algunos mecanismos que deben de plantearse como las subastas de medicamentos para abaratar los precios, revisiones de los precios abusivos, los precios por equivalentes terapéuticos, los contratos de riesgos compartidos e incluso la denuncia de las patentes cuando las empresas quieran imponer precios abusivos e irracionales valiéndose de su situación de monopolio.
- Garantizar el abastecimiento de los medicamentos eficaces, evitando los que se producen por intereses económicos de las empresas farmacéuticas, para ello es importante contar con una empresa pública farmacéutica que pueda asegurar la fabricación de los medicamentos necesarios.
- Fomentar el uso racional del medicamento para lo que es precisa la creación de agencias de evaluación y una muy activa política sobre los prescriptores de formación y evaluación independiente de la industria, de utilización de la medicina basada en la evidencia y de prevención del uso inapropiado de los mismos.
- Complementario a lo anterior es el control estricto del marketing y la información realizada por la industria y su financiación de eventos “científicos”.
- Desarrollar la investigación pública tanto para orientarla hacia los principales problemas de salud como para desarrollar patentes públicas que permitan escapar de la asfixia económica de las patentes privadas.
- Eliminar los copagos del RDL 16/2012 para acabar con las barreras económicas para el acceso de medicamentos necesarios.
Algunas de estas medidas son fáciles de implementar y otras tienen una eficacia más a medio plazo, pero lo que es evidente es que hay que plantarle cara a la industria farmacéutica y anteponer el derecho a la salud a los desproporcionados beneficios empresariales.
Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública
1 de marzo de 2016