Acaba de hacerse público el Informe del Componente 18 (Renovación y ampliación de las capacidades del Sistema Nacional de Salud) del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia presentado por el Gobierno de España a la UE, y ante el mismo desde la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) tenemos que hacer las siguientes consideraciones:
Una. La inversión que se destina al componente sanitario es claramente insuficiente, 1.069 millones € que suponen según el propio Informe el 1,54% sobre el total del Plan (considerando solo 70.000 millones €, aunque el propio Gobierno ha publicitado 140.000 millones €, con lo que solo serian el 0,77% del total). La cifra es llamativa por 2 motivos, el primero es que si se considera que la crisis sanitaria ha sido, aparte de la causante de una situación de salud que ha producido, directa o indirectamente, más de 100.000 muertes, más de 3,5 millones de casos y de centenares de miles de hospitalizados, y es la causa principal de la crisis económica que vive el país, no se entiende como se le destina una cantidad irrelevante del esfuerzo inversor, con lo que obviamente no podrá realizar las transformaciones que necesita la Sanidad Pública; y el segundo es la notable diferencia con su tratamiento en otros paises de la UE, por ejemplo Italia, que ha sufrido la pandemia de manera bastante similar a nuestro país (en casos, muertes por habitante, etc) destina a Sanidad el 7,5% del Plan de Reconstrucción (17.800 millones sobre 248.000 millones €) es decir 4,87 o 9,74 veces más que España según los cálculos que se hagan, lo que indica que la baja financiación destinada a Sanidad en nuestro caso no es una imposición de la UE sino una decisión del Gobierno de nuestro país, una mala decisión, que va en la senda continuada de mantenimiento de la infrafinanciación sanitaria. Nos hace falta un poco menos de declaraciones grandilocuentes sobre la importancia y el compromiso con la Sanidad Pública, y un poco mas de hechos e inversiones reales.
Dos. La siguiente cuestión llamativa es que las cinco reformas que se plantean (fortalecimiento de la Atención Primaria; reforma del sistema de Salud Pública; consolidación de la cohesión, la equidad y la universalidad; refuerzo de las capacidades profesionales y reducción de la temporalidad; y reforma de la regulación de medicamentos y mejora de su acceso), temas con los que no podemos estar más de acuerdo, tienen una financiación 0, es decir no se les destina ni un euro, y aunque en el texto explicativo de las mismas se dice que se utilizaran fondos del Gobierno, de las CCAA y algunos fondos específicos de la UE, no se establece cuantificación alguna de los mismos, ni compromiso económico concreto, con lo que entra dentro de lo probable que se queden en una buena declaración de buenas intenciones con escaso efecto practico sobre el sistema sanitario.
Tres. Después se señalan una serie de inversiones, en este caso con un presupuesto concreto asignado, que comentamos a continuación:
1.Plan de inversión en equipos de alta tecnología dotado con 792,1 millones €, y que establece unos mecanismos de control y evaluación que parecen razonables, aunque por supuesto a priori resulta difícil saber si la cuantía establecida se ajusta a las necesidades existentes.
2.Acciones para reforzar la prevención y promoción de la salud, dotado con 62 millones € que incluye lucha contra el tabaquismo, prevención del consumo de alcohol, promoción hábitos de vida saludable, reducción del consumo de antibióticos, prevención y tratamiento de adicciones, prevención y promoción de salud mental y prevención del cáncer de cervix, objetivos en principio razonables, aunque el presupuesto parece demasiado escaso para poder abordarlos todos eficazmente.
3.Aumento de capacidades de respuesta ante las crisis sanitarias, con una dotación de 80,9 millones €, de nuevo parece un presupuesto demasiado ajustado para los fines que pretende
4.Formación de profesionales y compartir conocimientos, con 1,14 millones €, otra vez buenos objetivos con poco presupuesto para poder cumplirlos.
5.Plan de racionalización consumo farmacéutico, dotación 20,8 millones €, desarrolla aspectos muy importantes para mejorar la prescripción y favorecer el uso racional de los medicamentos, de nuevo el presupuesto destinado parece corto para la consecución de los objetivos.
6.Date Lake sanitario, la idea parece buena y la dotación económica, por fin, adecuada (100 millones €), aunque no se entiende porque se le da un nombre en ingles a un proyecto del Gobierno de España.
En resumen, una inversión escasa que no contempla suficientemente a la Sanidad Pública, en un momento en el que hay una oportunidad de realizar inversiones importantes en el sector, que son necesarias y estratégicas. Unos programas ambiciosos sin asignación presupuestaria, y unos presupuestos por debajo de los necesarios para alcanzar los objetivos planteados. Por supuesto cualquier inversión en la Sanidad Pública es bienvenida pero entendemos que se esta desaprovechando una ocasión probablemente única.
El Gobierno debería reflexionar, y después rectificar y aumentar de manera significativa las inversiones en el sistema sanitario público en este Plan. Desde la FADSP hemos reclamado como mínimo un 5% de los 140.000 millones € anunciados, es decir 6.000 millones € más. Este aumento de la inversión es una necesidad para asegurar la capacidad de la Sanidad Pública para recuperarse de la pandemia y abordar con garantías nuevas crisis sanitarias, es algo que el Gobierno ha anunciado reiteradamente pero en lo que avanza poco.
Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública
Mayo de 2021