Desilusión y desmotivación profesional ante la segunda oleada COVID - Salud a Diario {flike}
Fecha de Publicacion : 11/11/2020
Fuente: https://www.saludadiario.es/opinion/desilusion-y-desmotivacion-profesional-ante-la-segunda-oleada-covid
Autor: Aurelio FuertesMiguel Barrueco Ferrero
Nos enfrentamos de nuevo al rebrote de la pandemia de COVID, y son muchas las cosas que han cambiado respecto de la primera. Los profesionales sanitarios están indignados por el comportamiento tanto de los gobernantes como de los gobernados que están dando un espectáculo lamentable.
El sentimiento mayoritario es que la irresponsabilidad manifiesta de unos y otros descarga, otra vez, el peso de la lucha contra la pandemia sobre el personal sanitario, y esta vez no se está dispuesto al mismo nivel de sacrificio que en la ocasión anterior.
De hecho, en la reorganización de los hospitales para adaptarse de nuevo al tsunami de ingresos (la denominada re-escalada), se observa mayoritariamente una importante resistencia a incorporarse a los equipos COVID, y apenas existen voluntarios para ello, lo que está produciendo verdaderos quebraderos de cabeza a las direcciones de hospitales y centros de salud. En esta ocasión, ya no existe el entusiasmo con el que se luchó contra la primera ola, y ello tiene causas muy claras que trataré de exponer a continuación.
En primer lugar, existe miedo al contagio y a ser responsables del contagio de la propia familia. Los médicos no somos héroes, somos personas con sentimientos, muchas veces encontrados, y que enfrentan la profesionalidad con el sentido de autoprotección. Se puede exigir un comportamiento profesional ético, pero no la inmolación.
En segundo lugar, se están produciendo muchas bajas laborales, bajas que, en la mayorÃa de las ocasiones, no se cubren, produciendo una sobrecarga añadida a un personal ya muy sobrecargado por sÃ, antes y durante la pandemia.
En tercer lugar, está muy arraigado el sentimiento de maltrato durante la primera fase de la pandemia. La carencia de material de autoprotección y las durÃsimas condiciones de trabajo han dejado huella, especialmente cuando se observa que las condiciones para enfrentarse a la segunda y sucesivas oleadas han mejorado, pero no lo suficiente. Se desconfÃa de que vuelva a suceder lo mismo.
En cuarto lugar, existe el sentimiento de un agravio comparativo entre distintos grupos de profesionales. En la primera fase, mientras se reducÃa la actividad de determinados servicios –los quirúrgicos, fundamentalmente, pero no solo–, los profesionales que se quedaban en casa por falta de actividad mantenÃan Ãntegras sus remuneraciones, guardias incluidas, y los médicos que atendÃan la pandemia en primera lÃnea de fuego veÃan cómo, a pesar de la penosidad del trabajo, no se recompensaba el mismo de alguna manera, e incluso en algunos casos perdieron parte de su remuneración habitual y ganaron menos dinero que si no se hubieran integrado en los equipos COVID. El sentimiento de agravio está muy extendido. La posterior compensación se consideró una ofensa por la cuantÃa de la misma y los conceptos para su distribución.
Buen ejemplo de lo anterior es la negativa de numerosos profesionales con contratos temporales a renovar sus contratos precarios y que, ante las condiciones que se le ofrecen, prefieren buscar nuevos y mejores horizontes.
En quinto lugar, la asistencia especializada es, por definición, una asistencia fragmentada y organizada en servicios, con poca o ninguna sensación global de pertenencia al hospital. Fuera de cada servicio, el resto no existe o no merece la atención suficiente como para abandonar la asistencia dentro de cada uno de los servicios. Ya no existe una concepción integral del hecho de "ser médico". Esto incluye la necesidad de seguir atendiendo a los pacientes con patologÃas propias de cada especialidad, que en la anterior ocasión quedaron abandonados a su suerte y que ahora no es posible.
Si a todo esto –y a otras múltiples razones que serÃa muy prolijo expresar– se añade la insensibilidad e inoportunidad de las autoridades sanitarias, el malestar generado por iniciativas de los gobiernos central y autonómico, como, por ejemplo, el decreto que autoriza a ejercer como especialistas a profesionales no cualificados en el caso del primero –que ha generado respuestas en forma de huelgas (en España no habÃa ninguna huelga médica desde hace 25 años)– o la reciente exigencia de establecer un calendario de consultas hasta mayo de 2021 por parte del segundo, cuando los servicios tienen que anular cada dÃa citas programadas para dedicar a sus miembros a atender la pandemia, el cabreo generalizado está asegurado. Inoportunidad polÃtica manifiesta.
Este artÃculo no pretende ser exhaustivo, solo reflejar la situación del personal médico en particular y del personal sanitario en general. Durante décadas, las sucesivas administraciones sanitarias han abusado de la entrega de los profesionales. Ante la pandemia no han modificado un centÃmetro su actitud, asà que la gota ha colmado el vaso.